La historia oculta en el “corazón” de Parral; los secretos del primer nivel de la Mina La Prieta

Entre recuerdos y corrientes de agua, Irma Hinojos revive cómo la vida giraba alrededor de la mina que dio origen a Parral.
Con una mezcla de nostalgia y orgullo, la guía de turistas Irma Hinojos comparte los primeros pasos de lo que hoy es uno de los recorridos más emblemáticos de Hidalgo del Parral, el nivel 1 de Mina La Prieta, un espacio que comenzó a explorarse oficialmente en Semana Santa de 2003 y que guarda historias tan profundas como sus túneles.
Antes de ingresar, Hinojos recuerda lo que en su niñez conoció como “La Florina”, un punto donde brotaba un torrente de agua cristalina; “aquí las señoras lavaban, bañaban a los niños y se abastecían de agua clorada para su consumo”, relató. En ese entonces, el lugar también albergaba las llamadas negociaciones de pilas, espacios que funcionaban como albercas y regaderas públicas, muy utilizadas cuando aún no existían baños en casa.
Aseguró que el servicio era todo un ritual; “Don Cuco Reina y su hijo Memo nos daban agua caliente, un jabón, un estropajo y una toalla de rayas de colores vivos”, cuenta Irma con una sonrisa. Pero con el cierre del rebombeo de la mina, el flujo de agua se detuvo y aquellos días de vida y movimiento se apagaron poco a poco.
La guía también destacó que La Prieta, originalmente conocida como La Negrita, fue trabajada desde principios de 1900 por la empresa americana American Smelting (Azarco) junto a don Santiago Long, quienes impulsaron su desarrollo con herramientas rudimentarias y trabajo manual, ante la imposibilidad de usar explosivos por la cercanía con las casas.
“Todo lo que vamos a recorrer hoy fue hecho a mano, con esfuerzo, con la esperanza de nuestros abuelos que dejaron su vida aquí abajo”, dice Hinojos antes de iniciar el ingreso. Cada rincón del nivel 1 no solo cuenta una historia minera, sino también la memoria viva de un Parral que nació y creció junto al eco de los picos y el murmullo del agua.










