CALIBRE POLITICO | COLUMNA

DESGASTE. – La comparecencia del tesorero municipal de Parral ante el Cabildo, programada para este martes 14 de octubre, fue el punto culminante de un desgaste innecesario, tanto para el alcalde Salvador Calderón como para toda la Administración. Un episodio que, más allá del contenido financiero que supuestamente motiva la reunión, exhibe las fracturas políticas y la falta de sincronía dentro de la alianza que, en teoría, sostiene el gobierno local: PRI y PAN.

DIVISIÓN. – Lo que debió resolverse con coordinación y prudencia se convirtió en un espectáculo político a puerta cerrada. Los regidores que impulsaron la comparecencia no midieron el costo interno de su maniobra. El regidor priista Vicencio Chávez, protagonista indiscutible del episodio, logró manipular a sus compañeras de bancada, Teresita Pillado y Micaela Guerrero, para que votaran a favor de exponer al tesorero bajo el argumento de la “transparencia” y la “rendición de cuentas”. Un discurso correcto en la superficie, pero con motivaciones que poco tienen que ver con la responsabilidad institucional.

AMBICIÓN. – La intención de Vicencio no es fortalecer la rendición de cuentas, sino jalar reflectores. Está en campaña anticipada, tratando de posicionarse para el 2027, aunque no parece entender que sus movimientos, más que proyectarlo, lo hunden. Su cálculo político es torpe: al confrontar públicamente al equipo del alcalde y fracturar la alianza con el PAN, mina su propio futuro dentro del PRI. La orden del dirigente estatal, Alex Domínguez, fue clara: respaldar a Chava Calderón en la etapa de gobierno y mantener la coalición. Pero Vicencio prefirió adelantarse y, semanas atrás, “anunció” por su cuenta que la alianza había terminado tras las elecciones, una declaración que nadie le pidió, ni tenía autoridad para emitir.

DESAUTORIZADO. – Ese anuncio no solo molestó en el PAN, sino también dentro del propio PRI. El dirigente municipal, Julio Yáñez, quedó completamente desplazado por la imprudencia de un regidor que actúa como vocero sin investidura. La estructura tricolor local se desdibuja entre protagonismos personales y ausencia de conducción política, mientras el PAN observa con reserva una ruptura que, si se consuma, los dejará con posibilidades de ganar muy cercanas a cero.

PRESIONES. – Lo ocurrido en la audiencia de vinculación a proceso de Fernando Ramírez, acusado de homicidio en grado de tentativa, sacudió los cimientos del Poder Judicial en Chihuahua. No fue por la resolución en sí, sino por la denuncia pública que hizo el propio juez de la causa, Elmer Lerma Fontes, quien aseguró haber recibido presiones del magistrado Gerardo Acosta para vincular a proceso al imputado, hermano del diputado y presidente del Congreso del Estado, Guillermo Ramírez. Un hecho inédito, grave y con un eco político inevitable.

FILTRACIÓN. – Sin embargo, hay un trasfondo que nadie ha ventilado, y es que, el video de la audiencia, se filtró la misma noche del evento, cuando oficialmente debía entregarse a las partes al día siguiente. El material, según versiones internas, fue manipulado: se recortaron fragmentos para aparentar que el juez regañaba a los abogados defensores de Fernando Ramírez, cuando en realidad, la reprimenda iba dirigida a la Fiscalía General del Estado por su actuación en la causa. Y aquí entra el otro punto delicado: la filtración habría provenido de una jueza identificada como Cecilia Meraz Stirk, impuesta en su cargo precisamente por el propio magistrado Gerardo Acosta, el señalado por las presiones.

GOLPE. – Todo apunta a un fuego cruzado dentro del Poder Judicial con derivaciones políticas. Gerardo Acosta y Guillermo Ramírez no son aliados, sino adversarios en el tablero del poder estatal. El primero, con vínculos en sectores que no comulgan con el grupo político del diputado; el segundo, convertido en figura ascendente tras asumir la Presidencia del Congreso. La filtración, más que un acto de “transparencia”, parece parte de una operación política para golpear la imagen de Ramírez a través de su hermano.

RESPONSABILIDADES. – En lo estrictamente jurídico, el presidente del Congreso no puede ser señalado por los actos de un familiar, por cercano que sea. Sin embargo, en el terreno político, la percepción es otra. Los rivales no necesitan pruebas cuando basta el rumor para sembrar duda. Y eso es exactamente lo que buscan con esta maniobra: debilitarlo mediáticamente, ensuciar su apellido y empañar su liderazgo en el Legislativo.

INTERESES. – La pregunta de fondo es quién gana con este escándalo. Y la respuesta parece clara: Un golpe quirúrgico, disfrazado de denuncia judicial, pero cargado de cálculo político para generar desgaste, mientras tanto, el juez Lerma Fontes se convierte, de manera involuntaria, en el vehículo de un conflicto entre poderes que apenas comienza a revelarse.

CONCLUSIÓN. – En política, los golpes más duros no vienen del adversario externo, sino de los aliados aparentes. Este episodio, más que un asunto judicial, es un síntoma del clima enrarecido que vive Chihuahua: un poder judicial dividido, un Congreso bajo fuego mediático y una opinión pública usada como herramienta de desgaste. La justicia, una vez más, convertida en balón de disputa.

SUELDOS. – Mientras los ciudadanos padecen cortes de agua, fugas constantes y calles llenas de baches, el Director Ejecutivo de la Junta Municipal de Agua y Saneamiento de Parral, Arturo Gaytán Ornelas, decidió premiarse con un aumento digno de funcionario federal. De acuerdo con información publicada en la Plataforma Nacional de Transparencia, su salario mensual bruto pasó de 31 mil 193 pesos en 2024 a 82 mil 19 pesos en 2025, un incremento de más del 155 por ciento.

CONTRASTE. – El dato resulta insultante si se compara con la realidad que viven miles de familias parralenses que deben racionar el agua, esperar días para llenar sus tinacos o lidiar con la falta de presión en sus hogares. Mientras el servicio se degrada, el titular de la JMAS se da el lujo de duplicarse el sueldo, sin que exista una sola obra visible que justifique semejante ajuste.

JUSTIFICACIÓN. – Hasta el momento, no hay una explicación pública del Consejo Administrativo de la Junta sobre las razones del aumento. Tampoco se ha transparentado si fue aprobado por la Junta Central en Chihuahua o si se trata de una decisión local avalada bajo el argumento de “ajuste técnico”. Lo cierto es que, en tiempos de crisis hídrica y descontento ciudadano, el mensaje es tan torpe como arrogante: primero los bolsillos del funcionario, después el servicio público.

REALIDAD. – El incremento de sueldo no llega en el mejor momento. La red hidráulica de Parral es una de las más viejas del estado, con fugas que tardan semanas en repararse y colonias que permanecen hasta tres días sin agua. Los reportes ciudadanos en redes sociales son diarios, mientras la propia JMAS se limita a publicar comunicados justificando los cortes por “mantenimiento preventivo” o “baja presión”.

PRIORIDADES. – En un municipio donde los baches son parte del paisaje urbano y la escasez de agua ya se volvió rutina, resulta ofensivo que un directivo se autoasigne un sueldo que supera incluso al de muchos alcaldes del estado. ¿Dónde queda la congruencia entre el discurso de austeridad y la realidad de los aumentos selectivos? En teoría, la Junta debería operar con criterios técnicos y sentido social, no como un feudo burocrático donde el mérito se mide en cifras de nómina.

PERCEPCIÓN. – En política, los símbolos pesan. Y este aumento se convierte en un símbolo de desconexión entre quienes administran los servicios y quienes los padecen. Mientras el ciudadano se baña con cubeta, el funcionario responsable del agua gana como si dirigiera una empresa transnacional. Difícil encontrar una metáfora más precisa de la desigualdad institucionalizada.

RESPONSABILIDAD. – Si el Consejo de la JMAS o la propia Junta Central del Estado no aclaran el origen de este incremento, la percepción de abuso no solo recaerá en Gaytán Ornelas, sino en todo el sistema operador. No es un asunto de pesos y centavos, sino de ética pública. Los funcionarios que manejan servicios esenciales deberían ser los primeros en predicar con el ejemplo, no en aprovechar el desinterés ciudadano para inflar sus percepciones.

JMAS. – Mientras la ciudad sigue parchando fugas con abrazaderas y baches con promesas, Arturo Gaytán Ornelas cobra como si hubiera resuelto el problema del agua en Parral. En realidad, lo único que ha logrado llenar —y con notable eficiencia— es su propio bolsillo, y que la JMAS siga hundida en su propia zanja.